LA MÁS GRANDE
Aquel día se compró un paquete de chicles antes de ir al cole. Ya en el patio se metió unos cuantos en la boca dispuesta a demostrar a las demás niñas que su bombolla sería la más grande de todas. La profesora le advirtió de que hay que ir poco a poco, calcular hábilmente el esfuerzo y detenerse a tiempo, justo antes de que su reto no se echara a perder… Pero ella no hizo caso, solo presumía (de lo que aun no había conseguido) y quería que todas le admirasen. Sopló, sopló y sopló hasta que ¡¡¡ PLOF!!! La bombolla reventó y todo el chicle se le pegó en la cara…
La Marca Amarilla
Menos mal que no fue en el pelo! :XXXX!
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