LA MANCHA
La niña Jimena se puso muy triste cuando su helado de fresa se cayó al suelo. También se manchó su camiseta rosa, sí, pero ahora solo importaba la pérdida de su gran helado de fresa. Y triste como estaba no pensó en el enfado que sufriría mamá cuando viese su camiseta; algo obvio, pues la niña Jimena era tan pequeña que aun no había sido mamá, ni mayor siquiera, y no alcanzaba a comprender la magnitud de la tragedia. En cambio, mamá se enojará y le regañará… Injustamente, pues ella sí que había sido niña; sabía que Jimena había tenido un descuido y que aun tenía mucho que aprender.
La Marca Amarilla
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